El diablo surgió este martes como un nuevo problema para los dos candidatos a la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, en momentos en los que el tema religioso ha ganado peso en la campaña electoral.
El ex presidente Lula, candidato más votado el pasado domingo en la primera vuelta de las elecciones, se vio obligado a desmentir noticias falsas que lo acusan de tener “un pacto con el diablo” y a reiterar que es cristiano y cree en Dios.
“Lula no tiene pacto ni jamás conversó con el diablo”, afirma un mensaje publicado en las redes sociales del líder del Partido de los Trabajadores (PT) después de que se difundieran noticias falsas en ese sentido, promovidas por grupos favorables a Bolsonaro.
El afiche de campaña divulgado por el equipo de campaña, agrega que “Lula cree que un presidente debe ocuparse de los que tienen hambre” y recuerda que “Con Lula como presidente, Brasil vivió un momento de prosperidad y el país se convirtió en la sexta economía del mundo”.
Bolsonaro ha construido una fuerte base de apoyo entre los evangélicos, que constituyen cerca de un 30% del electorado, gracias a un discurso centrado en la defensa de los valores cristianos y conservadores.
El líder del Partido Liberal (PL) también ha acusado varias veces a Lula de pretender clausurar iglesias si recupera el poder, algo que ha sido desmentido en reiteradas ocasiones por parte del ex presidente.
Pero el propio Bolsonaro ha sido centro de un enorme alboroto en las redes sociales entre los bolsonaristas, con un video antiguo, al parecer de 2018, en el que aparece pronunciando un discurso en un templo masónico.