Terror por conejitos asesinos en manuscritos medievales!!

Imágenes, de entre los siglos XII y XIII y que ahora recorren internet en forma de meme.

Amantes de las zanahorias, en nuestra infancia nos contaron que los conejos siempre tienen mucha prisa, que dentro de las madrigueras habitan en un mundo casi humano, aunque a su medida, que corren de los humanos que quieren hacerles daño. Entre el cuento y la realidad, lo cierto es que su figura literaria ha calado hondo en el imaginario social, pero, si se trata de hablar de libros y conejos, no basta con quedarse en la literatura moderna. Lejos de la imagen celestial, en la Edad Media los conejos se impusieron en los márgenes de decenas de manuscritos hechos a mano antes de la invención de la imprenta a mediados del siglo XV. Empuñando espadas, hachas y arcos, luchando contra humanos y perros, es decir, aquellos que a menudo los cazaban, aparecían en unos trazos que se intuyen como venganza.

Así, por ejemplo, una serie de imágenes en los márgenes inferiores de un volumen que conserva la Biblioteca Británica MS Royal muestran la violencia ejercida por conejos en una secuencia a la que no le falta detalle: un conejo derriba con su arco a un perro que se disponía a cazar, aplomado el sabueso, lo trasladan como rehén entre varios conejos hasta el lugar donde lo sentencian a muerte en la horca.

En otro volumen aparece un conejo atravesando con su espada el cuello de un cazador, y en otro son dos los conejos que apalean a un hombre y lo despellejan vivo. Más adelante, se les unirían otros animales, incluso perros, que se representarían también como partidarios de esta venganza de los conejos. Este tipo de imágenes, de entre los siglos XII y XIII, que ahora recorren internet en forma de meme, se conocían entonces como ‘drolleries’ o bromas. En este sentido, puede parecer que nuestros antepasados tenían los mismos códigos de humor que nosotros, pero en ellas había mucho más contenido implícito: se caracterizaban por recoger escenas extravagantes que a menudo invertían la dinámica del mundo real, es decir, distorsionar la normalidad para señalizarla.

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